Es por ello que el positivo de de Trump plantea una serie de preguntas en cadena: ¿Cuándo, exactamente, se infectó? ¿Y cuántas otras personas en la Casa Blanca, o en todo el gobierno podrían tener el covid?
El primer indicio de que algo podría haber ido mal se produjo anoche, cuando la agenda Bloomberg lanzó la alerta que Hope Hicks, la cercana asesora comunicacional de Trump, había dado positivo (ver recuadro en página 5).
Hicks había estado de gira con el Mandatario. Juntos viajaron a Pensilvania para un acto de campaña el fin de semana y también a Ohio para el cuestionado debate con Joe Biden del martes.
Hicks no usó sin mascarilla en el acto de Pensilvania ni tampoco al bajar delavión presidencial el día del debate. La asesora dio positivo después de mostrar síntomas en un acto el miércoles en Minesota y, según The Washington Post, fue puesta en cuarentena en el mismo avión de regreso a Washington. Sin embargo, la Casa Blanca no dio a conocer los resultados del PCR de Hicks, y menos insinuó que alguien cercano al Mandatario podría estar enfermo, hasta que estalló la noticia muchas horas después del positivo.
La irresponsabilidad
Después de enterarse de que Hicks tenía síntomas de covid, el Presidente no dejó de hacer campaña. ‘Trump y su equipo volaron el jueves a Nueva Jersey, donde asistió a un evento de recaudación de fondos en su club de golf en Bedminster y pronunció un discurso. Trump estuvo en estrecho contacto con decenas de otras personas, incluidos simpatizantes’, cuenta The Washington Post. Y no usó una mascarilla en el evento en el club de golf ni en el avión.
Brote en la Casa Blanca
Y hay más preguntas. Es posible que Hicks infectara a Trump y a Melania el martes, y ayer dio positivo. Pero hay otras posibilidades parecen igualmente probables: tal vez Hicks estuvo con el virus por más tiempo e infectó al Presidente a principios de esta semana. Si es así, ¿es posible que el mimo presidente haya contagiado a otras personas, por ejemplo, durante el debate del martes? O quizás otra persona infectó al Presidente, a la primera dama y a Hicks. ‘No sería sorprendente que en los próximos días nos enteramos de que más miembros del equipo y gabinete de Trump han contraído el virus’.
Desde agosto pasado se monitorea un brote de covid-19 en el Servicio Secreto que presta seguridad al Mandatario. Al menos 11 funcionarios de ese servicio han terminado contagiados.
La salud de Trump y la continuidad presidencial
El anuncio de Trump generó una gran cantidad de preguntas sobre si sus condiciones de salud. Un informe reciente de su doctor registró que estaba un poco más allá de la línea entre sobrepeso y obesidad: mide 1,90 y pesa 110 kilos. Durante su último examen físico, el médico de la Casa Blanca, Sean Conley dijo además que el Mandatario ‘se mantiene en muy buena salud en general’, con un nivel de colesterol y presión arterial dentro de los rangos normales. Sin embargo, toma medicamentos para problemas previos de colesterol alto, informó Politico.com.
Sin embargo el sitio agregó que marzo Trump fue monitoreado de cerca en caso de que desarrollara un latido cardíaco irregular mientras tomó un tratamiento de dos semanas de hidroxicloroquina.
‘El Presidente y la primera dama están bien en este momento y planean quedarse en dentro de la Casa Blanca durante su convalecencia’, dijo Conley en un comunicado esta mañana, agregando: ‘Espero que el presidente continúe desempeñando sus funciones sin interrupciones mientras se recupera, y los mantendré informados sobre cualquier desarrollo futuro’.
Así, y sin que se haya conocido si Trump ha tenido síntomas —aunque funcionarios de la Casa Blanca notaron que estaba ronco el jueves, aunque no sabían si era por el virus o por la cantidad de discursos que ha dado últimamente en sus actos de campaña— nada en EE.UU. se deja al azar.
En el caso que las condiciones de salud del Mandatario empeorarán y quedara incapacitado para gobernar, se aplica la 25° enmienda: el vicepresidente Mike Pence asume el control del gobierno.
Esta mañana se anunció que el vicepresidente Pence y su mujer dieron negativo en los test PCR que se les practicaron. No se sabe aún si la líder de la Cámara de los Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, la tercera en la línea de sucesión presidencial, se hizo el examen pero le recomendaron ya aislarse. Mientras que el cuarto, el secretario de Estado, Mike Pompeo, afirmó esta mañana que su test —que se realizó en Croacia— salió negativo.
¿Fin al sueño de su reelección?
El anuncio del positivo de Trump trae más consecuencias y ahora amenaza con transformar el último mes —las elecciones son el 3 de noviembre— de una campaña presidencial que se ha definido como ‘histórica’ (ver análisis en páginas 6 y 7). El Mandatario ha sido criticado constantemente debido al mal manejo del virus por parte de EE.UU. que ha sido un elemento clave en las críticas del Partido Demócrata. Además ignoró y, en ocasiones, menospreció las precauciones básicas, como usar una mascarilla que sus propios asesores de salud instaban usar a todos los estadounidenses. Incluso el martes (en el debate) se burló de Biden por usar siempre mascarilla. ‘No uso mascarillas como él’, dijo el presidente, burlándose. ‘Cada vez que lo ves, tiene una máscara’, dijo riéndose.
Y en ese sentido, según publica esta mañana The New York Times, los estrategas de ambos partidos, e incluso los asesores principales del Mandatario, aseguran que Trump enfrentará ahora ‘un duro juicio de los votantes por llevar al país a una mayor incertidumbre después de uno de los años más difíciles en la historia de EE.UU.’.
‘Es difícil imaginar que esto no termine con sus esperanzas de reelección’, dijo Rob Stutzman, un asesor republicano, señalando el ‘incumplimiento de las precauciones obvias’ de Trump, le pasaran la cuenta.
Es así como en en la Casa Blanca, los asesores reconocieron que la prueba positiva por covid ‘recordaría a los votantes lo despectivo que había sido Trump con respecto al virus, no solo por su propio descuido de la seguridad, sino también por sus evaluaciones demasiado optimistas sobre una pandemia que ha matado a más de 207.000 personas en EE.UU.’, dice The New York Times. La imprudencia de Trump, admitió un asesor, equivale a un ‘desastre’ político.
Campaña en suspenso
Los dos debates restantes entre Trump y Biden —si ya estaban en entredicho debido al triste espectáculo del primero— hoy tienen más posibilidades que se cancelen a que se realicen. El que está programado para el 15 de octubre es justo al final de la cuarentena que el Presidente.
Una cuarentena además que irá contra la estrategia de Trump de realizar mutitudinarios actos de campaña en los estados clave y que no podrá salir de la Casa Blanca durante el tramo final y crucial de la carrera electoral.
‘Trump está ahora en la posición de convertirse en la prueba número uno por el fracaso de su liderazgo sobre el coronavirus, y corre el riesgo de que sus partidarios se sientan engañados por su desdén del virus y la necesidad de tomar precauciones”, dijo Geoff Garin del Partido Demócrata, al Times.
Así, resume el medio neoyorquino, la suerte política de Trump dependerá en parte de la gravedad de su enfermedad. Y aunque no se trata del primer líder mundial en contraer el virus (Boris Johnson y Jair Bolsonaro ya lo tuvieron), sí es el primero en el que su nombre está en una papeleta de votación. Y eso le podría pasar la cuenta.
Lo cierto es que desde que le dispararon a Ronald Reagan en 1981, no se ha sabido de ningún presidente que haya enfrentado una condición potencialmente mortal mientras estaba en el cargo.